Según un estudio realizado en Australia, el consumo de las infusiones puede proteger contra la neurodegeneración porque aumenta el grosor de la capa de fibras nerviosas de la retina, un indicador de la salud cerebral.
El café y el té son dos de las infusiones elegidas por muchas personas para tomar en cualquier momento del día y el consumo de ambas es muy elevado en todo el mundo, por lo cual, conocer sus ventajas o inconvenientes para la salud siempre resulta interesante. Una nueva investigación habla acerca de sus beneficios, en este caso para el cerebro, ya que encontró una relación positiva entre beber café y té y el grosor de nuestra capa de fibras nerviosas retinianas maculares, que son un indicador de la salud cerebral.
La mácula es la parte central de la retina en la parte posterior del ojo que permite que disfrutemos de una visión central nítida, mientras que la capa de fibras nerviosas de la retina es una capa delgada de células nerviosas que transmiten información visual del ojo al cerebro.
“Nuestros hallazgos indican que, si consumimos de dos a tres tazas de café o más de cuatro tazas de té al día, el grosor macular aumentará”, declaró la Dra. Lisa Zhuoting Zhu, investigadora principal del equipo de epidemiología oftálmica del Centre for Eye Research Australia (CERA), que lideró el nuevo estudio publicado en Nutrients.
La especialista indicó que el estudio se inspiró en la evidencia existente de que ambas infusiones pueden tener efectos protectores para el cerebro: “Muchas culturas beben café y té casi todos los días, de una a más de cinco tazas, por lo que es importante conocer los posibles beneficios o riesgos para nuestra salud”, dijo y añadió que durante la investigación se utilizó el grosor de la capa de fibras nerviosas de la retina macular como una medida de la salud del cerebro: “Cuanto más delgada es la capa, mayor es el riesgo de neurodegeneración”.
Beber café sí, pero tampoco demasiado
En el estudio participaron más de 35.000 personas que completaron un cuestionario de pantalla táctil informando sobre la cantidad de tazas de café y té que tomaban a diario en promedio durante el último año. Los investigadores dividieron a los participantes en cuatro categorías: desde cero tazas hasta más de cuatro tazas por día.
El grosor de la capa de fibras nerviosas de la retina macular se midió mediante una tomografía de coherencia óptica (OCT), una técnica de imagen no invasiva que utiliza luz reflejada para crear imágenes de la parte posterior del ojo, que se analizó automáticamente mediante un software incorporado.
Los resultados mostraron que los bebedores de café tenían un aumento significativo en el grosor de la capa de fibra nerviosa de la retina macular, especialmente aquellos que bebían dos o tres tazas por día. En el caso de los bebedores de té también se encontró un significativo aumento del grosor macular en aquellos que tomaban más de cuatro tazas diarias.
La Dra. Zhu destacó que encontraron un “punto óptimo” para el consumo de café y tener un grosor saludable de la capa de fibra nerviosa de la retina macular. “Eso significa ni demasiado, ni muy poco; lo mejor es beber una cantidad media de café”, afirmó y advirtió que no todos los cafés son iguales: “Muchos estudios indicaron que el café instantáneo podría ser un factor de riesgo para muchos problemas de salud, incluidas las enfermedades neurodegenerativas, que también encontramos en nuestro estudio. Eso sugiere que es mejor tener un café de buena calidad”.
NA