El festival paralelo que se vive cada año alrededor del “Alfonso y Zavala”

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Lo más pintoresco de todo festival popular es su entorno, que oficia como postal de bienvenida al público dispuesto a disfrutar de la grilla de artistas. Y de ello se ocupa la variopinta comunidad integrada por artesanos, gastronómicos y vendedores de curiosidades, que en Calle Angosta son desde siempre tradición.

La adoquinada vía de una vereda sola aparece por estos días coloreada con luminosos puestos, que ofrecen desde pines y bijouterie hasta manzanas acarameladas, mientras que sobre Mitre, entre el tradicional boliche Don Miranda, y el Patio de la Peluquería, una gran carpa hace las veces de galería comercial, albergando al resto de los stands. Además, en los patios adyacentes al anfiteatro se pueden encontrar puntos cerveceros y casas de comidas, que conviven durante las cuatro noches con los tradicionales restoranes de ese histórico rincón del barrio Estación de Villa Mercedes.

Tal panorama es la otra cara de la coloquialmente llamada “Fiesta de Todos”, un paseo de compras que, amén del atractivo para los visitantes, es un claro ejemplo de círculo económico del que se benefician numerosas familias. A modo de ejemplo, Emanuel Molina destacó lo importante que es para él y los suyos participar de esta fiesta: “Es la primera vez que venimos a Calle Angosta con muchas expectativas, que se han superado porque el público acompaña. Para nosotros significa un ingreso extra muy importante, así que la experiencia está siendo muy positiva. Lo que ofrecemos son comidas rápidas, como empanadas, choripanes y papas fritas, además de bebidas. Afortunadamente estamos vendiendo muy bien”.

Si bien a muchos les apetece sentarse frente a una mesa para disfrutar de una cena, oyendo la música proveniente del escenario “Alfonso y Zavala”, o presenciando algún artista en los patios de comida, no son pocos los que prefieren degustar mientras caminan por el predio, como los clientes de Villa Burguer, que, como su nombre lo plantea, “tenemos como fuerte la elaboración de hamburguesas, como la solicitada XL, como también los súper panchos, acompañados con conos o cajitas de papas fritas –comentaron sus responsables, Hugo Cáceres y Pamela Gaitán-. No contamos con un local comercial, sino que nos dedicamos a participar en eventos. Vamos a todos los que se desarrollan en San Luis e incluso a otras provincias, pero todos los años esperamos con ansias la Fiesta de la Calle Angosta”.

Los artesanos también arriban al predio con su bagaje de creaciones y de expectativas, como es el caso de quienes cotidianamente tienen sus puestos en la plaza Rivadavia, más conocida como “del Mercado”.

Silvia Martinotti, con sus cajas de madera y tejidos, es parte de esa comunidad “que desde hace unos 20 años siempre está presente en este festival, porque nos gusta mucho y porque es nuestra manera de vivir. Tuvimos una muy buena temporada este verano, a excepción del temporal de enero que a muchos nos causó problemas, pero el Municipio nos dio una ayuda muy importante y acá estamos. Somos 28 los artesanos que integramos el grupo, con diversos productos para exhibir y vender, desde cerámicas, obras en hierro, tejido, madera y mucho más”.

Opinión similar fue la de Carolina Ortiz, en cuya mesa despliega sus duendes y creaciones propias de ese mundo mágico: “Lo que más nos ayuda son los eventos, que esperamos todos los años y sobre todo la Fiesta de la Calle Angosta, que es la principal que tenemos en Villa Mercedes. Venimos participando desde hace 20 años y cuando está bien organizada el público responde y vendemos bien. En esta ocasión sufrimos el temporal de la piedra, pero tuvimos mucho apoyo del Gobierno y del Municipio, lo que nos permitió ahora trabajar a todos. Estos festivales son fundamentales para nosotros porque activan la economía informal; de aquí salen nuestros sueldos y nuestros aguinaldos. Sin la compañía del Gobierno, que organiza estos eventos, la situación se nos haría muy cuesta arriba”.

En un sector de los patios de comida se encuentra el puesto de “La Comuna”, un emprendimiento nacido en el mercedino barrio Jardín del sur, que cada año cruza la ciudad para asentarse en Calle Angosta.

Maxi Lemos, su propietario, reflexionó que “siempre vienen muy bien los eventos que organiza el Gobierno, porque nos permite vender y también que nos conozca otro público. Son movidas que nos sirven a todos los emprendedores y a la comunidad en general, pues ganamos un dinero que queda en Villa Mercedes, así que nos ayuda un montón. En nuestro caso contamos con 20 canillas, 8 de las cuales tienen cervezas que elaboramos acá, mientras que en las otras tenemos de San Luis, de Merlo y algunas que traemos de Buenos Aires”.

Este domingo cierra la 34° edición de la Fiesta Nacional de la Calle Angosta, ocasión para disfrutar de una velada más con consagrados artistas locales, mientras que para la clausura, Soledad Pastorutti ofrecerá su siempre vibrante show. Pero además estará el festival paralelo, que llena de luz y color a la calle más famosa de Cuyo.