Lo detuvo la Policía por requerimiento de la Justicia de Dolores. Había salido de prisión en 2004 por el 2×1.
José Luis Auge, uno de los hombres que fue condenado por el asesinato del fotógrafo José Luis Cabezas, fue demorado esta mañana por la Policía por un requerimiento vigente de la Justicia de Dolores.
La Policía por el momento no había establecido el motivo del requerimiento y se especulaba con la posibilidad de un error del sistema.
Medios platenses indicaban que en principio se descartaba que Auge haya incumplido algunas de las circunstancias de su liberación, concretada en el marco de la ley 2×1, indicaron medios platenses.
Auge, quien integraba la banda conocida como Los Horneros, fue el primero en beneficiarse con esa medida, en diciembre de 2004.
El fotógrafo de Perfil Cabezas fue asesinado el 25 de enero de 1997 en una cava de General Madariaga, cerca de Pinamar, en un hecho que sacudió el la coyuntura política y social.
El 2 de febrero de 2000, la Justicia determinó que a Cabezas lo mató una banda compuesta de policías bonaerense y civiles, a instancias del extinto empresario Alfredo Yabrán, a quien el reportero gráfico le había tomado una foto en la playa que puso al descubierto su rostro, hasta ese entonces casi desconocido.
Así aparecieron nombres como los de Retana -quien murió en prisión en 2001– Auge, Horacio Braga, Sergio González, los denominados “horneros”, porque residían en el barrio platense de Los Hornos, o bien los de los ex policías Gustavo Prellezo (autor de los disparos), Sergio Cammarata y Aníbal Luna, quienes colaboraron para el secuestro de Cabezas.
Pero detrás de Yabrán también estuvo su jefe de custodia, Gregorio Ríos, y del lado de la Justicia nombres como los del ex juez de Dolores José Luis Macchi, el ex policía Víctor Fogelman y hasta el entonces Ministro de Justicia del gobierno de Carlos Menem, Elías Jassan, quien debió renunciar a su cargo por conexiones con el empresario telepostal.
En el medio también estuvo el suicidio de Yabrán, ocurrido en un campo de Entre Ríos.
Escrito por Adrián Rodríguez