Para Lola su identidad fue un descubrimiento y durante este proceso estuvo siempre acompañada por su familia. Logró cumplir su sueño, después de un camino que recorrió junto a su mamá y papá. Hay otras historias como la de ella, por ello el Gobierno de San Luis acompaña, asesora y ayuda a quienes se encuentran en este proceso.
Lola supo quien era desde muy pequeña, pero recién a los 8 años pudo ponerlo en palabras. Un viernes al regresar del colegio en moto con Gabriel, su papá, le dijo: “Yo me siento chica, no me siento hombre. Me quiero llamar Lola”. Para Gabriel no fue sorpresa, como tampoco lo fue para Romina, su mamá, cuando llegaron a casa y se lo contaron. Es que Lola desde los 2 años demostró un interés muy diferente al de sus dos hermanos varones. Cuando le proponía jugar un partido de fútbol ella siempre elegía quedarse jugando a la mamá con sus muñecas. “Pensamos que era un varón gay”, cuenta su mamá, “hasta que nos dijo esto y nos cerró todo”. Sus padres jamás le prohibieron a Lola ser quien sentía: “Desde chiquita se ponía mi ropa y jugaba. Tenía dos vestidos míos separados que los usaba todo el tiempo dentro de casa y cuando jugaba así era feliz. Daba vueltas con los vestidos y los hacía volar. Era feliz”, recuerda Romina.
Un día, en el cole, Lola estaba en clases de educación sexual integral (ESI) y su maestra le preguntó qué quería ser cuando fuera grande. La respuesta fue contundente: “Yo quiero ser mujer”, dijo con total seguridad. En ese momento en su DNI figuraba otro nombre y otro género, pero fue justo en ese instante cuando todo se aclaró y nació Lola. “En ese momento sentí mucho miedo, pero también una gran emoción y orgullo”, cuenta Romina, sin poder evitar que sus ojos se llenen de lágrimas. Desde ese día comenzó un largo camino. La búsqueda de información sobre infancias transgénero fue ardua, no hay mucha al respecto, pero en el proceso descubrieron que eran más habituales de lo que creían. Aunque por desgracia muchos casos se ocultan.
Reconocer la identidad de cada persona y respetarla es una de las políticas públicas del Gobierno de San Luis desde hace años. La Secretaría de la Mujer, Diversidad e Igualdad trabaja constantemente en acompañar, asesorar y ayudar a quienes se encuentren en este proceso de búsqueda de identidad, como también a sus familias. La inclusión social y los derechos humanos son llevados como bandera para todos y todas, sin distinción alguna.
Hoy Lola tiene 9 años y en su DNI dice el nombre y género que la identifican. “Ese día me vestí y peiné re linda para sacarme la foto”, cuenta Lola al recordar cuando realizó su documento. “Cuando llegó el cartero a traerlo estábamos con mi abuela y salimos corriendo a buscarlo”, dice emocionada. Si bien ella y su familia nunca dudaron de su identidad, verlo plasmado en ese plástico fue muy importante. A Lola le encanta jugar con sus muñecas y disfruta muchísimo pasar tiempo con sus amigas y amigos jugando a las escondidas o a la mancha. Ellos y ellas jamás pusieron en dudas su identidad. “Cuando le conté a mis compañeros y compañeras del cole quién era, me felicitaron y aplaudieron”, dice con orgullo. Ese orgullo que sólo pueden sentir las personas que tienen su coraje.
Mientras se acomoda la coronita que tiene puesta en la cabeza y estira el tutú multicolor para que no se le arrugue al sentarse. Lola cuenta que le encanta maquillarse y usar tacos. Es muy coqueta y atenta a cada detalle. De grande quiere trabajar como veterinaria, para poder ayudar a los perritos que están en la calle, o ser empresaria y tener su propia oficina. También le gustaría ser bombera, “Siempre quise estar así en acción, salvar a personas y ser una heroína”, dice. En sus planes también está el formar una familia y tener un bebé. Cuando habla Lola lo hace con un entusiasmo enorme, tiene una alegría contagiosa y transmite una gran seguridad. “Es importante decir quién uno siente ser, porque sino puede sentirse como que tiene una mochila muy pesada en la espalda”, asegura.
Como dice su papá, Lola siempre fue una mariposa que tuvo el coraje de romper el capullo, abrir sus alas y volar libre. Feliz de saber quién es, y que con su coraje y valentía, podrá lograr todo lo que se proponga en la vida.
La identidad como derecho
La ley de identidad de género (26.743) establece, desde mayo de 2012, el derecho al libre desarrollo personal y vivencia del género tal como cada quien lo sienta. En este contexto la Secretaría de la mujer, diversidad e igualdad de San Luis viene realizando acompañamiento y asesoramiento a las familias y personas que lo necesiten. En los últimos años hubo un importante incremento ante la demanda de cambio de género y nombre en los DNI de niños, niñas y adolescentes. El acompañamiento desde la Secretaría es fundamental en estos casos: “Existe un programa de consejería de niñeces y adolescencias con diversidad sexual y de género”, contó Gabriela Funes, jefa de programa promoción de la diversidad, “Nosotres hacemos el acompañamiento, no solo a la niñez y a la adolescencia, sino también a la familia. No solamente con el trámite de rectificación del DNI sino también poniendo a disposición el consultorio ‘Azul Montoro’ que es un espacio de atención para la salud integral”. Este consultorio funciona todos los viernes en el espacio WEYE, donde también se encuentran profesionales dedicados a la asesoría del colectivo LGBTQ+.
Aquellas personas y familias que deseen recibir acompañamiento y asesoría durante este proceso pueden comunicarse a: programaigualdadsustantiva@gmail.com o bien al Interno del Espacio WEYE 8369 y 8368.