Precisó Paola Quiroga al referirse al grupo de ocho consejeras del que forma parte en Villa Mercedes, y cuya labor está enfocada a acompañar y contener a víctimas de violencia de género. En la provincia hay más de 20 consejerías dependientes de la Secretaría de la Mujer, Diversidad e Igualdad. “Somos mujeres que trabajamos por las mujeres”.
Tras la incorporación de la Secretaría de la Mujer, Diversidad e Igualdad a su gabinete, el Gobierno de la provincia fue implementando una batería de medidas con la meta de poner en valor derechos ya existentes, pero no del todo vigentes, además de propiciar ámbitos y dinámicas para el mismo fin. Fue así que nacieron las consejerías, primer eslabón de un sistema de contención cuya tarea es abordar y darles seguimiento a los casos hasta su resolución.
“La primera oficina se abrió en San Luis y a partir de entonces se hizo lo propio en diversas localidades del territorio puntano, como en Villa Mercedes, que en agosto pasado cumplió su primer año de funcionamiento”, precisó Paola Quiroga, una de las ocho consejeras que se desempeñan en la citada ciudad.
Por su vocación de servicio, la joven ya contaba con cierta experiencia en ayudar a víctimas de violencia intrafamiliar, “lo que hacía por mi cuenta junto a personas que pensaban como yo al respecto, mientras que hoy lo puedo realizar a través de las políticas públicas que lleva adelante el Gobierno de la provincia como respuesta a las necesidades de mujeres, disidencias y diversidades que atraviesan por este tipo de situaciones. Puntualmente, nuestra labor es estar lo más cerca posible de quienes necesitan ayuda y brindarles todos los recursos necesarios. Quien se encuentra inmersa en un cuadro de violencia de género es muy vulnerable ya que, por vergüenza, miedo, sentimiento de culpa y hasta por no querer perjudicar al agresor, se resisten a buscar ayuda. Eso nos lleva a abordar cada caso buscando generar empatía y cuidando de no re victimizar. Ese primer contacto nos llega por diversas vías, como atender consultas en la oficina ubicada en el primer piso de la Terminal de Ómnibus, recibir llamadas a la línea telefónica gratuita 104, que está operativa las 24 horas, también mediante las guardias permanentes y con el trabajo territorial, que va desde el seguimiento telefónico hasta visitar domicilios”.
Las consejeras son beneficiarias de Inclusión Social, que han sido instruidas en el abordaje de casos de violencia de género. “Periódicamente participamos en capacitaciones certificadas en las que vamos adquiriendo más herramientas para trabajar con mayor rapidez y efectividad en la evaluación de los distintos casos en los que intervenimos. Tras ese primer contacto, y dependiendo de la gravedad de cada situación, ponemos en conocimiento de los mismos al gabinete interdisciplinario, que tiene su sede en el segundo piso de la segunda torre del Complejo Molino Fénix. Ese grupo está integrado por asistentes sociales, abogadas y psicólogas. Además, trabajamos de manera articulada con cada una de las comisarías de la ciudad, ya que en algunos casos los agresores aún conviven con sus víctimas, como también hay episodios que van de la mano de otras problemáticas, como el consumo de drogas”.
Paola reveló que, “por mes recibimos un promedio de 50 consultas de diversas características, una cifra que en gran medida se debe a que, tras la creación de las consejerías, las víctimas se van atreviendo a romper el silencio y a pedir ayuda, porque toman conciencia de que es posible cortar con esos vínculos violentos y cambiar sus vidas para mejor, pues no están solas. Es algo que tiene que ver con una construcción social para romper con el concepto de que, si el hombre es violento, debe ser aceptado; y esa violencia no necesariamente puede ser física, sino también sicológica o económica. Los casos más acuciantes suelen ser aquellos en los que la mujer queda en situación de calle, con sus hijos o privados de verlos, sin saber adónde pedir ayuda y sin recursos para subsistir. Por ello es que este tipo de políticas de Estado son tan necesarias para poder acudir con prontas respuestas, desde acompañar a la víctima a radicar la denuncia a una comisaría hasta darle intervención al gabinete interdisciplinario”.
Durante su primer año, la consejería de Villa Mercedes no ha recibido solicitudes por parte de disidencias ni de miembros del colectivo LGTB, “aunque sí recibimos llamados por diversas consultas, como por ejemplo de travestis mayores 45, que pueden acceder a una jubilación porque su actividad les genera problemas de salud”.
Para Paola, las políticas de Estado aplicadas en San Luis en los últimos años, “contribuyen a la construcción social y cultural, que busca terminar con que la mujer deba estar por debajo del hombre y las disidencias marginadas. Tanto las consejerías como muchas otras acciones generan un cambio en las víctimas y también del otro lado, algo que además notamos en las nuevas generaciones, que visibilizan las disidencias sin miedos y sin prejuicios, lo que es una semilla que empieza a impactar de manera positiva en la sociedad”.