Ni la segunda ni la cuarta: la tercera. ¿Por qué? Los religiosos aseguran que tres es por la Divina Trinidad, puesto que ella nos otorga suerte cuando intentamos las cosas por tercera vez. Y vencida, en este refrán, es una palabra vencedora porque fue una dificultad la que se venció.
La tercera es la vencida
Con o sin trinidad, el número tres tiene fuerte carga simbólica. Algunos originan este refrán en las prácticas de lucha cuerpo a cuerpo, donde ganaba el luchador que derribaba tres veces a su adversario… Otros lo relacionan con el ámbito de la justicia. Porque durante los siglos XVI y XVII, en la práctica procesal del Derecho Penal, se establecía la muerte al tercer robo… De esa manera, para el reo, al igual que para los luchadores derribados siglos atrás, la tercera era la vencida…
Otras fuentes sostienen que el refrán está inspirado en una antigua ley inglesa por la que cualquiera que sobreviviera tres colgaduras sería puesto en libertad. La historia da cuenta de un convicto por homicidio, John “Babbacombe” Lee, que estando en prisión fue sentenciado a la horca. Cuando llegó el momento, los tres intentos de ahorcarlo fallaron… ¡y fue puesto en libertad!…
Más allá de los orígenes posibles, la frase alimenta la creencia popular en la perseverancia. Y eso está bueno. Si hay esfuerzo, que haya aliento para que no decaiga. Para que no se pierda firmeza, tesón, constancia, fe… ¡Pero no la fe en su sentido religioso! La fe de vivir. Esa fe que cuando se instala es capaz de hacernos mover montañas, incluso a los ateos… Como se ve, todas derivaciones del famoso “Tú puedes” que tanto nos inculca Hollywood en sus películas…
Los cultores profesionales del refrán afirman que cuando no se consigue al primer intento el fin que pretendemos, hay que repetirlos con mayor ahínco, porque a veces la vencida es la cuarta, o la quinta, o la sexta… Nuestro Almafuerte, en su poema ¡Avanti! -“No te des por vencido ni aún vencido”- fue más allá… “Si te postran diez veces, te levantas, otras diez, otras cien, otras quinientas”… ¡Segundos afuera!
Fuente: Télam