Su raid abarcó El Diario de la República, CM Noticias, Radio La Red, Radio Lafinur, FM Familia y FM La UNO, entre otras, en las que explicó en detalle sus ideas, y defendió a capa y espada el proyecto provincial, convertido en un verdadero “todo terreno”.
Lo que más llamó la atención a los colegas fue el convencimiento de González, en el sentido de que “una de las claves para mejorar la gestión municipal de Villa Mercedes es bajar el gasto político por lo menos el 50%, con lo cual se podría ahorrar alrededor de 1.000 millones de pesos al año”.
Varios colegas lo interrogaron sobre esa millonaria cifra, en la creencia de que era una “exageración” o una “cuenta equivocada”.
– De ninguna manera, saque la cuenta lo que implican 100 sueldos menos, superiores a $250.000, las cargas sociales y los gastos innecesarios. Yo lo hice por eso lo afirmo. Sume el costo en asesores o monotributistas, combustible, autos contratados, etc., y no vaya a ser cosa que le quede un poco más. Yo calculo que por lo menos reduciríamos ese costo en 1.000 millones de pesos.
Paralelamente, indicó que buena parte de esa cifra se volcará en un “programa de reactivación económica local, que tendrá como uno de sus ejes la “reducción de la carga tributaria, las altas tasas municipales que se cobran en concepto de ABL (alumbrado, barrido y limpieza), y los impuestos municipales que pagan los comerciantes e industriales que desean invertir”. Incluso agregó su idea de crear una Secretaría de Industria.
(Fragmento de la entrevista que le efectuó el periodista Fito Carranza)
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“Mire, nunca una gestión de gobierno provincial ha ayudado tanto a nuestra ciudad, pero ¿cómo estamos? ¿Lo hemos aprovechado? Creo que no. Por eso en nuestro plan vamos a bajar las tasas municipales el 30% o el 40%, para alentar la inversión privada. Sueño con poder armar nuestro propio proyecto de promoción comercial e industrial. Traer inversiones que generen riqueza y trabajo, generar riqueza, esa es la cuestión”.
Reiteró que “para atraer a empresarios que deseen invertir es fundamental crear las condiciones desde el Municipio y generar este círculo virtuoso del que hablo: menos impuestos, facilidades logísticas, crear una “incubadora de empresas”, con el acompañamiento de todas las herramientas que el gobierno provincial aporta”.
En algunas entrevistas, González fue consultado también sobre su proyecto de “movilidad sustentable”: construir bicisendas en las avenidas y en el propio microcentro, “disponiendo bicicletas para que la gente se traslade con comodidad y economía por la ciudad, como existe en Ciudad de Buenos Aires y otras capitales del mundo”.
Como para que no lo corran por improvisado, González afirmó a un colega: “Esto no es ningún invento y se puede hacer. Te pongo un ejemplo en números. Con 1.000 millones de pesos que nos ahorramos en gasto político, podríamos comprar 5.000 bicicletas, construir varios kilómetros de bicisendas y además subsidiar las nuevas inversiones en nuestra ciudad”.
Para incentivar aún más este medio de transporte que “reduciría la contaminación, los ruidos y los accidentes”, reiteró su idea de “lanzar un “plan canje”: que los vecinos lleven su vieja bicicleta o motocicleta y la cambien por una bici nueva, de óptima calidad, comprada en comercios mercedinos”.
Además lanzó como propuesta la eliminación del estacionamiento medido. “La saco al otro día de asumir. No ha servido nada nada. ¿Qué estacionamiento ordenó? Sigue todo igual, como sucede en todas las ciudades en su microcentro. Cada vez hay más autos y el espacio es más o menos el mismo. La sociedad tiene que acostumbrarse a estacionar más lejos o andar en bicicleta o caminando. El estacionamiento medido no es más que un instrumento de recaudación, y esa es la lógica que hay que cambiar”, enfatizó.
Con respecto al personal que hoy desarrolla esas funciones, indicó que “la idea es conformar y reforzar el equipo de control urbano, que recorra el microcentro, ordene el tránsito a la salida de las escuelas y colabore con Policía Ciudadana en la seguridad, en cuanto a las contravenciones menores, por supuesto, sin armas”.
El ex ministro de Seguridad de la provincia y ex concejal también se detuvo en un tema que le preocupa especialmente: el de las adicciones y la necesidad de contención a quienes las padecen.
“Creo que el problema de muchos dirigentes es que se colocan en el rol de relatores de la realidad. Comentan lo que pasa, pero no hacen nada. Y las familias siguen sufriendo este tema, que es un problema social. Yo no quiero caer en el mismo error, sino decir lo que voy a hacer si soy intendente: voy a crear un Centro de Rehabilitación para afectados por consumos problemáticos. El Estado Municipal debe ocuparse de este tema que tiene que ver con la salud, y también con la seguridad. Esto también lo tenemos que llevar adelante articulando políticas públicas en conjunto con la provincia”.
González, además, reiteró algo que pocas veces, o nunca, se escuchó de un candidato o funcionario. “Si me eligen intendente, que sería el más alto honor que un vecino de esta ciudad puede alcanzar, no voy a ir por la reelección. Lo digo ahora y voy a firmar mi compromiso en una escribanía, antes de las elecciones del 11 de junio. Los hombres no somos ni debemos creernos imprescindibles. Tengo un equipo que me acompaña y varios de ellos están tanto o más preparados que yo”.
Además de explayarse sobre sus ideas, Diego González defendió a ultranza el “proyecto provincial de 40 años que tiene la provincia de San Luis y la visión de estadista del gobernador Alberto Rodríguez Saá. Recuerde cómo era, cómo estaba San Luis en los 80 y cómo se transformó. Toda su infraestructura, su desarrollo, las rutas, los diques, las obras públicas, su adelantada política digital…”.
Si bien reconoce que “en algunas áreas pueden existir problemas, no podemos desconocer con respecto a la economía y la pobreza que San Luis es víctima de problemas macroeconómicos del país. Es injusto y malintencionado achacarle a la gestión provincial eso, como hacen algunos ex compañeros que hoy se vistieron de liberales”, chicaneó en referencia a Poggi y sin asumir ni un centímetro de responsabilidad.